Un pueblo llamado boundoukoundy

El pasado año viajé a África, concretamente a Senegal, sola, con una mochila y sin saber francés durante dos semanas por el país de la teranga. A los pocos días y subida a una moto llegué a una aldea de País Bassari llamada Boundoukoundy. Cuánto amor recibí y cuánto les debo. No me faltó un lugar para dormir y un plato de comida en un pueblo en el que por primera vez en mi vida pude saber qué es realmente la pobreza. Fueron tantas cosas las que experimenté y tantas las que vi: falta de agua, de educación, de comida, de infraestructuras que los abastezcan, en definitiva: de todo, que a mi regreso contacté con la única ONG que trabaja en terreno Yakaar África. 

Necesitan tantas cosas y creedme cuando os digo que agradecen de todo corazón lo más mínimo. Las ONG´s ya no disponen de subvenciones públicas y solo nosotros podemos cambiar esa realidad con nuestras aportaciones. Djibi, Aisha, Younussa, Félix, son tantos nombres que han quedado grabados en mí y que harían lo mismo por ti. No podemos quedarnos parados. 5€, 1€, lo que puedas para ellos es algo increíble y no es solo dinero, es un pozo de agua, es una dispensario médico donde recibir tratamiento para malaria, es una escuela donde formarse dignamente como personas y son herramientas de cultivos que los abastecerán en los duros meses de cosechas. 

No te quedes parado, ahora es tu oportunidad de cambiar el mundo como siempre soñaste.