Hijos de la guerra: fÁtima te necesita

La guerra tiene nombre y apellido. Y etnias. Fátima es jazidi, una minoría religiosa  no musulmana perseguida y amenazada por los grupos fundamentalistas como el ISIS. Ella huyó de Siria con su marido y sus dos hijos, y escaparon de la guerra en unos botes de goma que la guardia costera turca decidió pinchar. Y volvieron por separado al sobrevivir del naufragio: su marido a Alemania, ellos tres a Turquía.

Ahora viven como refugiados en Tesalónica (Grecia), después de que su hermano les ayudará a subir a otro bote con el mismo destino. La mala “suerte” quiso que su llegada al campo coincidiera con el cierre de las fronteras en el país heleno.

Fátima y sus hijos necesitan tu ayuda para salir de la situación precaria en la que se encuentran y construir una nueva vida en Alemania, donde ya les espera su marido. Y no tienen pasaporte. Eso sí, si el país de destino acepta la petición de reunificación familiar, Fátima puede acceder de manera directa y salir del campo griego. Y Alemania ya lo ha aceptado. Es decir, sólo el precio de los tres pasajes separa a Fátima y sus hijos, aún en Tesalónica, de una nueva vida en Alemania: mil euros. Fátima te necesita para reconstruir su vida.

El de Fátima no es un caso aislado: cerca de 2000 personas en Tesalónica se encuentran en su misma situación, alejados de sus familias y a un “sencillo” paso de reunirse con los suyos. Salir de un campo de refugiados y conseguir reencontrarse con sus familiares es, para muchos, la única vía de escape posible.

Y es que la vida en los campos no es sencilla. La convivencia es cada vez más difícil, teniendo en cuenta los problemas de comunicación (distintas variantes del árabe) y la diversidad de religiones. Refugiados de etnias y culturas diferentes deben convivir bajo el mismo techo, y eso puede llevar a conflictos internos. Los refugiados, que no reciben atención psicológica de ningún tipo, han llegado a normalizar el horror.

Tú puedes darles las herramientas para que reconstruyan su vida en Europa. Puedes aportar tu granito de arena para que Fátima y sus hijos puedan reunirse con el padre de estos en Alemania. No tenemos la capacidad para resolver el conflicto ni para solucionar la cuestión de los refugiados, pero este pequeño gesto puede marcar la diferencia.

Fátima te necesita.