Ayúdanos a que los menores que han padecido abusos sexuales no sufran las secuelas psicosociales negativas gracias a la terapia psicológica que les proporcionaremos.
Atendiendo a los efectos que los abusos sexuales pueden suponer para los menores que son víctimas de ellos, tanto a corto como a largo plazo, resulta fundamental la intervención terapéutica especializada con el objetivo de reducir los daños psicosociales y restablecer una cotidianidad saludable para el menor. Dado el secretismo y el tabú al que muchos menores víctimas de abusos sexuales se ven sometidos, es necesario ofrecer a los menores la ayuda y el apoyo necesarios para romper el silencio. La terapia constituye uno de los elementos clave en la intervención para eliminar o, al menos, minimizar las secuelas del maltrato.
El tratamiento psicológico a menores que han padecido abusos sexuales consiste en la elaboración previa de un programa de intervención individualizado, ya que las necesidades personales del menor requieren del diseño de una terapia especializada. El tratamiento actúa sobre las defensas y excusas que el niño o niña ha desarrollado durante el abuso y sobre los síntomas que presenta. Hablar sobre el abuso supone el primer paso para romper el silencio y el sentimiento de aislamiento que lo acompaña. Concierne a la terapia individual conseguir que la niña o el niño describa el abuso y sus sentimientos sobre estas experiencias. Recordar y describir lo vivido sirve para reducir la tendencia defensiva que presentan muchas de las víctimas; esta tendencia, en los casos graves, puede producir la aparición de fenómenos disociativos. El hecho de volver a experimentar los sentimientos de abuso es una pieza clave dentro de la terapia y constituye un objetivo prioritario en la intervención en los casos de trastorno por estrés postraumático.
En la terapia con víctimas de abuso sexual se presentan los siguientes objetivos e implicaciones para el tratamiento:
- Comprensión y confrontación del abuso sexual vivido: conseguir que la víctima hable, para romper el silencio y el sentimiento de aislamiento que lo acompaña.
- Educación sexual: comprensión por parte del menor de su propia sexualidad de una forma objetiva y adaptada a su edad.
- Prevención de futuros abusos: garantizar la seguridad del niño o niña, asegurarse de la capacidad de la víctima para informar, de manera inmediata, de posibles episodios posteriores de abuso.
- Trastornos de ansiedad derivados: la evaluación mostrará si la víctima tiene niveles de ansiedad y depresión consecuentes del abuso, en este caso será prioritaria la intervención en la reducción de esta sintomatología.
- Desarrollar la confianza: discriminar en quien puede confiar, sin llegar a establecer generalizaciones erróneas.
- Aumentar la autoestima: favorecer la consecución de una imagen personal positiva y no estigmatizada.
- Expresar la rabia: ayudar al menor a reconocer y expresar su rabia, como sentimiento humano que es, de forma positiva.
- Sentimientos hacia el agresor y hacia la madre: favorecer la expresión de las emociones que se han desarrollado por el abuso sufrido: rabia, pena, ira, tristeza,...
Entidad sin ánimo de lucro dedicada a promover y fomentar la igualdad efectiva de oportunidades entre mujeres y hombres en todos los ámbitos de la vida pública y privada.
