Un perro de asistencia para Hugo

Hugo es un niño de 13 años con autismo, muy poco verbal, al que le encanta estar en la naturaleza, pasear por el campo e ir a la playa. Le gusta coger ramas secas del campo y trocearlas. También estar sentado en la arena de la playa. Botar una pelota y lanzar a canasta también le divierten y correr por el paseo marítimo.

Pero Hugo tiene algunos desafíos en su día a día, con muchos momentos de inestabilidad emocional, rigidez y comportamientos obsesivos que interfieren en su bienestar diario.

Su atención es aún muy fluctuante, necesita actividades breves y estructuradas, y aunque ha desarrollado cierta autonomía en las rutinas diarias, continúa teniendo dificultades en la flexibilidad cognitiva, la gestión emocional y la integración de estímulos complejos.

Los desafíos de Hugo:

• Inflexibilidad y obsesiones: En los días de mayor nerviosismo, se muestra inflexible, y con comportamientos repetitivos o centrados en objetos concretos, dificultando su participación en otras actividades.

• Regulación emocional: Alterna entre días tranquilos y otros donde necesita retirarse a la zona de relajación para calmarse, lo que refleja una necesidad constante de apoyo en la autorregulación emocional.

• Atención dispersa: Tiene dificultad para mantener la atención sostenida, por lo que requiere pausas frecuentes y cambios de actividad para poder continuar.

• Comprensión del entorno: Aunque se han trabajado muchos aspectos comunicativos, aún presenta dificultades para interpretar situaciones complejas o abstractas.

• Relaciones sociales y comunicación espontánea: Aunque se esfuerza mucho, necesita seguir desarrollando el lenguaje pragmático y la comunicación funcional en distintos contextos.

El poder de un perro de asistencia para Hugo:

Un perro de asistencia puede suponer para Hugo un cambio profundo en su día a día, actuando como un regulador emocional y un puente hacia una mayor autonomía:

• Reducción de conductas disruptivas y obsesivas: La presencia del perro puede actuar como estímulo positivo y desviar la atención de Hugo de elementos obsesivos o situaciones que generan malestar, ayudándole a autorregularse y recuperar la calma de forma más rápida.

• Apoyo emocional y compañía constante: Un perro de asistencia puede ser un punto de referencia emocional seguro para Hugo, que le ofrezca consuelo en momentos de crisis, frustración o saturación sensorial.

• Facilitación de rutinas y transiciones: La presencia constante del perro puede aportar estructura, previsibilidad y estabilidad, lo que ayudaría a Hugo a afrontar mejor los cambios de actividad o las transiciones entre contextos.

• Fomento de la comunicación espontánea: Tener un perro a su lado puede estimular el lenguaje funcional y emocional, al generar situaciones de interacción natural y motivación para comunicarse.

• Incremento de la autoestima e integración social: Un perro de asistencia puede convertirse en un elemento facilitador en sus relaciones con otros, ayudándole a sentirse más seguro, aceptado y comprendido, tanto en el entorno escolar como familiar.

Este proyecto de recaudación busca brindar a Hugo la oportunidad de contar con un apoyo real, tangible y emocional que le ayude a afrontar sus días con más calma, flexibilidad y confianza.

Tu colaboración puede marcar una diferencia significativa en su vida y en la de su entorno más cercano. Ayúdanos a que Hugo tenga la oportunidad de crecer acompañado de un compañero que lo entiende sin palabras, pero con todo el corazón.