¡Ya casi lo han conseguido! ... Diploma básico para la formación profesional.

Burkina Faso, con una población estimada de más de 22 millones en 2023, además de ser uno de los países del mundo con más pobreza, está sufriendo una crisis geopolítica y de seguridad sin precedentes que lo ha colocado como líder mundial de países con mayor número de víctimas mortales por ataques de grupos fundamentalistas. Todo ello implica un retroceso económico sin parangón, una crisis alimentaria y una enorme afectación en el sistema educativo.

Dado que en Burkina el índice de jóvenes es elevado (un 45,3% de la población tiene menos de 15 años), invertir en educación y formación profesional es nuestra prioridad. Los escasos centros de formación en oficios se concentran en las grandes ciudades y los jóvenes de las zonas rurales se quedan sin posibilidad alguna de formación. Siendo así, CAT SYA decidió hace 3 años ensayar una primera experiencia en este ámbito con los jóvenes desescolarizados del pueblo de Kotédugú donde la ONG trabaja, y que está solo 20 km de Bobo y por tanto a salvo de eventuales ataques.

El proyecto está siendo muy bien acogido, los alumnos se implican de manera regular en el aprendizaje y los formadores cumplen con rigor su compromiso. Se realiza en un centro comunal cedido a CAT SYA por el jefe del pueblo, en el cual la ONG hizo mejoras sustanciales en 2021, equipándolo para poder desarrollar de momento dos oficios: costura y carpintería.

En concreto, algunos de los jóvenes que siguen los cursos de costura están preparados para optar a la obtención del diploma básico en Burkina para la formación profesional: Certificat de Qualification Professionnelle, CQP, que les abrirá las puertas al mundo del trabajo. Y quisiéramos dotarles, en cuanto lo aprueben, de un kit de emprendimiento compuesto de una máquina de coser, una mesa, un taburete y material de costura (hilos, telas, dedales...). Su más ferviente deseo es llegar a ser costureros y ganarse así la vida, pudiendo llegar a ser autosuficientes e incluso ayudar a sus familias.

Nuestros desafíos:

1. Continuidad de las formaciones en costura y carpintería hasta que los jóvenes obtengan el diploma CQP, que les dará la oportunidad de encontrar trabajo.
2. Mejora y optimización del centro creando nuevos grupos de alumnos según su nivel de conocimientos.
3. Sensibilización sobre la preservación del medioambiente, la higiene personal y el tratamiento de residuos, en un país donde todavía no hay mucha consciencia del problema del cambio climático.

Con tu contribución podremos:

• Adquirir los kits de emprendimiento en costura.
• Conseguir material y más equipamiento para las formaciones (herramientas, mesa de enseñanza y más taburetes para las clases de costura).
• Pagar a los formadores.
• Otros gastos de funcionamiento (transporte, material para la higiene, electricidad en el centro, etc.).

Retrato de un profesor de carpintería

Con una regla y un lápiz, el profesor enseña a sus alumnos a convertir la madera en muebles útiles. Lo vive como una misión que empezó cuando él era un pionero de la revolución, durante los años de gobierno de Thomas Sankara. Entonces, en el país se hablaba de autosuficiencia y de construir una tierra próspera e independiente gracias al trabajo de los burkineses. Hoy, el profesor reconoce que siguen lejos de este objetivo.
La madera que trabajan viene de Ghana y de la Costa de Marfil.

- ¿Como es enseñar a los chicos?
- ¡Hay que tener paciencia! – dice, y se ríe.
Marca, corrige y da ejemplo. Luego proporciona a los alumnos los instrumentos para que puedan aplicar lo que les ha dicho. “La teoría sin la práctica no sirve para nada”, dice mientras los ve trabajar.

Más tarde nos enseña los planos, el proyecto y los muebles que ya han montado. Y nos dice: “Los africanos han de ser hiperinteligentes para tener buenos resultados en la escuela. ¿Te imaginas hacer matemáticas en lengua moorée ?”

Del cultivo de algodón al tejido

Burkina Faso cultiva algodón desde la época colonial, y alrededor de este tejido giran los miedos y las esperanzas del país. La mayoría del algodón, a día de hoy, se exporta al extranjero y de esta manera el país pierde un valor que obtendría si convirtiera el algodón en ropa para vestir. El potencial de la industria textil y la autosuficiencia se juntan en el concepto ‘Faso Dan Fani’, tejido local muy popular en los años en que gobernó Thomas Sankara (1983-1987), con el lema: producido y tejido en Burkina Faso, para vestir a los burkineses". Un lema que se está potenciando en la actualidad; prueba de ello: la elección, por el presidente Ibrahim Traore, del uniforme escolar en Faso Dan Fani, que CAT SYA ha producido con los alumnos del centro de formación; han llegado a hacer ¡¡41 uniformes!!, para los estudiantes del instituto de Kotédugú.

La adquisición de habilidades es clave para convertir dicha idea en realidad. Los cursos de costura son un paso en esa dirección.

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