II Macroproyecto contra los efectos del COVID-19

El confinamiento que también existe en Bolivia y en Angola resulta especialmente duro para aquellos que no pueden hacer acopio de alimentos porque viven al día. Esta es la situación y estas son las acciones que estamos desarrollando en estos países:

Angola:

Desde el pasado 20 de marzo está parada la actividad habitual de nuestros misioneros laicos: las escolinhas, la formación con mujeres, las actividades formativas con jóvenes, el acompañamiento de enfermos mentales, las actividades pastorales, etc. Aunque se está realizando un seguimiento constante de las familias, jóvenes y voluntarios que están implicados en estos proyectos.

El confinamiento iniciado a finales de marzo, también en Angola, tuvo un efecto inmediato en todos sus ciudadanos. En Angola 3 de cada 4 trabajadores lo hacen en el sector informal, y la destrucción de esos mercados hicieron que se interrumpieran inmediatamente los ingresos mínimos para las necesidades diarias de alimentación e higiene.

Por eso, en Misevi iniciamos un programa de emergencia con especial atención a la alimentación y la higiene durante el estado de alarma que ya está atendiendo a 155 familias. Además, se apoyó con productos no perecederos para la venta ambulante, en cuanto se retome la actividad, que ayuda a 150 familias. También se han distribuido kits de regreso a la escuela para evitar la deserción de 180 menores. En total, hay más de 2000 beneficiarios de estas actividades.

Como dice Virginia Alfaro, misionera laica de Misevi en Angola: “para que podamos hacer más, necesitamos más”. “Misevi siempre ha trabajado en desarrollo, en promoción, incidencia pública, cambio de estructuras, cambio sistémico… pero para seguir haciéndolo hay que cubrir ahora la crisis humanitaria que supone parar la vida en situaciones de sufrimiento social. Necesitamos asistencia básica: comida, agua, productos de higiene… Necesitamos fortalecer las ayudas que ahora son emergencia porque, aunque el virus sea el mismo en todos los países, las realidades son desiguales y este virus agudiza la injusta vida social”.

Bolivia:

En Cochabamba, ciudad en la que empiezan a desarrollarse los proyectos, del total de la población ocupada, un 62% son personas dedicadas al sector informal, es decir, no perciben un sueldo estable y seguro, por lo que viven de lo que producen ese mismo día.

El confinamiento, por lo tanto, implica que el 62% de las familias carecen de provisión de alimentos, a lo que se une la ausencia de recursos para pago de gas, alquiler de cuarto y otro tipo de necesidades básicas.

Misevi ha comenzado a poner en marcha un proyecto de ayuda de productos de primera necesidad ante la emergencia sanitaria. Aunque se encuentra en primera fase por falta de fondos, para lo que se ha abierto un micropoyecto de ayuda social, con él se llegará a cubrir las necesidades alimentarias básicas de 50 familias.

Si prefieres hacer una transferencia, comunícate con nosotros en oficina.proyectos@misevi.es.